Filosofia del Autor

La pintura al fresco de esta manera resulta de una gran importancia para dar  la ambientación, vivencia ideal de la historia cosmogónica de la sociedad, narrada a través del lenguaje ideográfico del día y la noche, cosmovisión en la que se inserta el hombre; de la que nuestros ancestros toman, participan y contemplan mediante nosotros, para testificar y codificar los grandes acontecimientos y toda expresión de la naturaleza.

Así lo testimonian los murales decorativos y esculturas monumentales de Teotihuacan, Bonampak, Cholula, Mitla, Tikal, Tollan, Kakaxtla, Tajín y los sótanos y túneles de varios niveles en estancias habitacionales encontradas recientemente  en los trabajos arqueológicos del Uey Teokalli (Templo Mayor) de la gran Tenochtitlan. En estos ejemplos están ampliamente expresadas las culturas que florecieron en nuestro continente “Itzachitlán” hoy América; que nunca fueron reconocidas ni interpretadas correctamente y que en su momento, será necesario revelar al general conocimiento humano el significado de la expresión artística de las culturas amerigenas.

En este contexto, la pintura de Kuiz López Kalkoatl, intenta continuar con esa expresión pictórica. Intenta retomar (no es un rescate) por el hecho de que no se han perdido, ni están muertos estos valores artísticos. Por el contrario, están en espera de ser estudiados para interpretarlos y así resurjan, contemporanizándolos al discurso humano y su conocimiento.

Kuiz retoma estos valores culturales para adaptarlos a su particular concepto artístico de la vida y la belleza; de sus prácticas, vivencias y experiencias de ensoñación y disciplina del espíritu, las visiones dictan su mensaje y su inherente fenomenología cósmica, nos dice el artista.

Así Kuiz López ha logrado hacer un replanteamiento estético y estilístico de sus ancestros Aztecas.

Kuiz nos invita a ver y contemplar sus obras recientes y algunas otras de su colección particular (que no lo son tanto), su universo interior y su peculiar forma de vivir y mirar un mundo Chamánico espiritual que no nos permitimos denominar o etiquetar bajo una corriente pictórica o “ismo” porque es un caso de insólito aislamiento. ¿Realismo mágico? No, más bien “Surrealismo autóctono contemporáneo”.

Siguiendo el mandato de nuestras sagradas tradiciones, depositadas a lo largo y ancho del continente.

Itzachilankatl (Inmensidad de pájaros preciosos) o la Amerindia de hoy; se nos inculcó que todos los grupos y familias partimos del gran Árbol Cósmico Original enraizado en nuestro continente, distribuyendo sus frondosas ramas entre todos los grupos nativos; depositando con ello la consigna de hermandad de pertenecer a un solo tronco común. Así pues ese gran Árbol Original nos nutre, alimentándonos hasta nuestros días.

Este mismo mandato nos habla de que 500 años después de la invasión del continente Iztachilanka, nuestro pueblo resurgirá para realizar la Alianza de todas las Razas y sangres y lograr con ello la gran empresa solar, hoy presente en la memoria genética de las culturas madres; consigna olvidada por el resto de los grupos humanos. De ahí pues la importancia de nuestra gran tarea cósmica a la que fue llamada nuestra raza.

La gran peregrinación

Al emigrar nuestros ancestros de la Atlantida, luego del cataclismo que destruyera el gran continente, deciden asentarse temporalmente en el mítico lugar llamado Chikankanak que significa “El lugar de donde parten los rojos”, siendo con ello sobrevivientes del cuarto sol de la edad Atlante.

Así es que sus moradores recibieron el seudónimo de “Chikanos”, Dicho lugar de asentamiento corresponde a la región que hoy se llama Chicago, Illinois, E.U.A., en el lago de Michigan, siendo éste último un vocablo azteka que significa “Lugar de pescado”, hoy también llamado lugar de los grandes lagos.

Justo en éste mismo lugar aún existen basamentos que conmemoran la fecha del inicio de la gran peregrinación; situándose estos en el Lago Mayor, donde los petroglifos son visibles en la actualidad cuando bajan las mareas y las aguas se retiran. En ellos se narra cómo se inicia la gran peregrinación para dar cumplimiento al mandato de nuestro señor Huitzilopochtli, deidad espiritual que guiara al pueblo solar.

Los nuestros, fundan posteriormente Aztlán siendo éste el segundo asentamiento del peregrinaje, que abarca una gran extensión y que comprende parte de los estados de California, Nuevo Mexico, Colorado, y Texas, E.U.A., para pasar después por Teotihuacan - Chicomostok, para finalmente fundar México Tenochtitlán al que llamaron globalmente Semanawak (pueblo del sol en el ombligo de la luna), Tenochtitlán proviene del hecho de perpetuar en la memoria al último Sacerdote o Teopixke. Tenoch, segundo hijo de Teot, que es quien termina la magna empresa que Huitzilopochtli ordena.

Huitzilopochtli, guía principal e inspirador de la gran epopeya cósmica solar, causa y origen de las peregrinaciones colosales de los tiempos del tercer sol al cuarto sol. Tiempo y lugar de donde parte el grupo o familia Azteca que llevaba el nombre de Chichimekatl, que quiere decir Chichi: rojo y Mekatl: cordón o atadura, que dicho en el idioma popular se dice Mekate, que es la acción de ligar o atar la misión solar a la que fuimos llamados lo rojos continentales.

Misión que nos convoca y conduce al tiempo Atlante en que habremos de concurrir al llamado espiritual del creador, para asistir a la cita de fundar la gran Metrópoli, la mítica, Atlantis.

Como herederos de la misión solar, y que iniciáran los olmecas junto con las seis razas raíz. Así Olmeca significa Ol-Ollin, movimiento y Meka, que tiene el mismo sentido simbólico de atar o amarrar; siendo con esto la misión de religar, de reunir a los grupos o familias para censar continentalmente y consumar la misión pacifista de armonización del gran árbol genético original, que parte desde la edad del primer sol y que los Olmecas la realizan en esa misma época.

Está es la verdadera historia de nuestra misión solar. Única en la humanidad, la cual hoy divulgamos por estar en el tiempo preciso de hablar con la verdad como nos lo indica el mismo Padre Sol, en la piedra cosmogónica que se llama Tonal Machiotl o piedra de los Soles llamado Calendario Azteca.

Hay un destino que cumplir y que la invasión española retrasó con sus efectos destructivos. Esto fue conocido por los nuestros como “Tiempo Vía-láctico” de los 468 años del Ketzalkoatl de oscuridad. Tiempo de dormir y callar, hasta que llegara el resurgir de la luz. El momento necesario que nos profetizaron los venerables ancestros. Así el fenómeno solar del eclipse de 1992, nos marca el tiempo con exactitud del término de ese viaje de circundación de la “Mixcoatl”. Por ello nuestro pueblo ahora resurge para realizar la alianza de todas las razas, de todas las diversas sangres y así, lograr la gran empresa solar, pacifista de armonización del árbol genético original.

Tal y como lo relata Ketzalkoatl, en la profecía del maíz, única semilla sobre la faz de la tierra que contiene los cuatro colores básicos de la humanidad: negro, rojo, amarillo y blanco.